
La pimienta negra aumenta las secreciones del estómago ayudando a la digestión. Digerir bien los alimentos es muy importante para evitar diarreas, constipados y cólicos. La pimienta también ayuda a prevenir los gases intestinales. Si sumas la pimienta negra a tu dieta diaria favoreces la transpiración y la orina.
La corteza de la pimienta negra ayuda a eliminar las células grasas. Por tanto, consumirla con frecuencia te ayudará a mantener un buen peso corporal.
La pimienta ayuda a curar el vitiligo, enfermedad que provoca despigmentación en algunas áreas de la piel. Los estudios sugieren que la piperina contenida en la pimienta estimula la producción de pigmentos.
La pimienta negra se puede añadir a diversos tónicos para combatir los catarros y las gripes. Esta especia produce alivio en la sinusitis y en las congestiones nasales.
Al tener propiedades antibacterianas, es buena para combatir infecciones, picadas de insectos, etc. El consumo frecuente de pimienta mantiene limpias las arterias del cuerpo.
Contiene antioxidantes que previenen o reparan los daños causados por los radicales libres, lo que a su vez previene el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y los problemas del hígado